Te contamos porque el 20 de mayo se instauró la jornada de celebración internacional de las abejas.
Por su labor al producir miel, que ha servido como alimento y medicina por milenios, Eslovenia propuso conmemorar a este insecto un día en el año. Los polinizadores han sido una ayuda para combatir el hambre a lo largo de la historia.
Gracias a su labor, estos insectos han cubierto una partecita de la demanda alimentaria del mundo por milenios.
Dedicarle un día a la abeja fue idea de Eslovenia y las Naciones Unidas atendieron su iniciativa. Es apenas lógico que quieran rendirle homenaje a una auténtica bestia de carga, como le dicen. Un insecto que puede polinizar hasta 7.000 flores al día y proveer miel como alimento y medicina sin necesitar una parte de tierra o algún capital.
Su papel en la naturaleza ha cubierto por milenios una partecita de la demanda alimentaria del mundo. Por eso las Naciones Unidas en su lucha por erradicar el hambre antes del año 2030 (uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-) ha dado el sí a esta iniciativa, fijándole el día 20 de mayo en su calendario.
La razón es que en esa misma fecha, en Eslovenia, se celebra el nacimiento de Anton Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en ese país.
Aunque existe otro argumento para hacerles un día. Insistir en el peligro que viven estos animales en la actualidad, bajo riesgo de desaparecer. Los ponilizadores, en este caso las abejas y otros insectos, están disminuyendo de manera alarmante por el cambio climático y el uso de químicos en la agricultura según las Naciones Unidas.
El peligro es tanto que la plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES en inglés) le ha insistido al mundo que “un creciente número de polinizadores están amenazados de extinción, a nivel mundial, debido a varios factores, muchos de ellos causados por el hombre, lo que pone en riesgo los medios de existencia de millones de personas y cientos de miles de millones de dólares de producción agrícola”.
Fuente: El Espectador