Para reactivar la economía no solo va a ser necesario redoblar esfuerzos sino focalizarlos de manera inteligente en sectores que, con un gran potencial y productividad, como la apicultura y la agricultura, pueden ser una respuesta a mediano y largo plazo para revertir el crecimiento de indicadores de desempleo y pobreza.
Bajo esta medida y teniendo en cuenta que en países como Chile hay casi 5.000 apicultores y en Argentina existen más de 11.500 productores registrados, con más de 2,5 millones de colmenas – 21 veces las que hay en Colombia – que generan en conjunto divisas por más de 180 millones de dólares anuales; cobran más sentido que nunca nuestros esfuerzos para incentivar la apicultura a lo largo del territorio colombiano de la mano del Gobierno nacional, los gobiernos departamentales y los agricultores que, también, se ven beneficiados con la polinización.
Si bien, el número de colmenas en Colombia ha crecido en los últimos años, pasando de 89.000 en 2010 a 140.000 en 2019, nuestro país puede no alejarse de la realidad latinoamericana donde menos del 40% de las colmenas alcanzan a ser rentables y producir la cantidad mínima necesaria de miel (25 kg de miel anuales por colmena) según Marnix Doorn, director del proyecto Salud Apícola 2020 Latam.
Aún falta camino por recorrer, en la profesionalización de esta actividad, y es por esto que es importante fomentar desde el gobierno central la relevancia de este sector, sus implicaciones en el campo, especialmente en la agricultura, y generar acciones que ayuden a la constante transferencia de conocimiento sobre buenas prácticas, recomendaciones y recolección de información importante para esta industria. Como lo afirma la Dra Mayda Verde, investigadora del Instituto Fraunhofer Chile Research, “Armonizar el desarrollo agrícola con el apícola implica establecer regulaciones legales y técnicas para ambos sectores productivos, capacitando a los agricultores para el manejo responsable de los agroquímicos. Sin el inventario de todas las colmenas y la ubicación geográfica de los apiarios no es posible hacer la gestión sanitaria y ambiental de la apicultura.”
Para nadie es un secreto que este año ha sido, probablemente, el más difícil de la historia reciente, para el país. En la coyuntura actual, el país debe recuperar de manera acelerada su productividad y hoy es importante, más que nunca, proteger el campo que cuenta con un sector agrícola donde existen más de 2,8 millones de agricultores, según el Dane, que abastecen principalmente al mercado nacional, y un sector apícola que, con alta necesidad de protección y promoción, ya cuenta con más de 3.500 productores y genera a nivel nacional unos 20.000 empleos indirectos, según datos de la asociación Fedeabejas.
La pandemia que ha venido afectando al planeta entero, en lo corrido de este 2020, que ha representado un reto social y de salud también ha sido una prueba para todos los sectores de la economía. “Aunque entendimos que, para la apicultura, lo más importante es trabajar de manera articulada, y reconocemos el esfuerzo que se ha hecho, no solo a nivel gubernamental, sino también como sociedad civil; es momento de pensar en la recuperación económica del país. Es por esto que es importante que tengamos la posibilidad de ver esta coyuntura como una oportunidad para reinventarnos y explorar alternativas que nos ayuden a encaminar nuestra productividad, entendiendo que el campo y la apicultura deben ser un foco para la recuperación económica. Sobre apicultura sabemos mucho y aunque tenemos miles familias trabajando en esto, la falta de profesionalización genera que más del 78% no lleve un registro de su actividad lo que afecta directamente su productividad.”, afirmó Fabio Diazgranados, Presidente de Fedeabejas.
Por: Abejas en agricultura.