Por: Mauricio Rodríguez de la Red de Expertos
Director de Asuntos Científicos
CropLife Latin America
La mejor estrategia para proteger la seguridad alimentaria de las naciones se centra en la aplicación juiciosa de las buenas prácticas agrícolas en el campo. La FAO define “Buenas Prácticas Agrícolas” (BPAs) como los principios y códigos para el manejo de cultivos que pueden contribuir a alcanzar la Agricultura Sostenible y el Desarrollo Rural, a través de la mejora de la inocuidad y calidad de los alimentos, la sostenibilidad ambiental y el bienestar social .
Evidentemente, las BPAs se deben adecuar a las condiciones agroecológicas y socioeconómicas de las diferentes geografías donde se desarrolle la actividad agrícola. Desde esta perspectiva productores, exportadores, gobiernos y organizaciones no gubernamentales en los diferentes países trabajan para establecer, y refinar continuamente, los principios y códigos a tener en cuenta para la producción agrícola local. Esta flexibilidad ha permitido que, durante décadas, los países con mayor tradición agrícola incrementen su competitividad y capacidad exportadora, lo que a su vez contribuye a avanzar en el comercio internacional de commodities agrícolas entre países.
Sin embargo, la falta de armonización en las BPAs también se convierte en un reto para la seguridad alimentaria de muchas naciones en todas las regiones del mundo y al bienestar de pequeños y medianos agricultores que, debido a la constante variabilidad e inestabilidad normativa que deben enfrentar agricultores y consumidores, no tienen la capacidad económica para modificar sus métodos productivos a la misma velocidad que se mueve el ambiente político.
En este contexto, hemos visto en la última década una degradación de normas y políticas, antes basadas en ciencia rigurosa y evaluación de riesgo, hacia un modelo alarmista y populista que deshace los sistemas regulatorios nacionales y cualquier intento por armonización de requisitos comerciales internacionales. Un caso claro es el que se ve con las modificaciones políticas y regulatorias que se vienen adelantando en algunos países sobre el uso de productos plaguicidas, supuestamente, para proteger a las abejas y otros insectos polinizadores.
Restricciones al uso de algunos insecticidas neonicotinoides en Europa o prohibición del uso de fipronil en algunos países de América Latina, bajo el pretexto de apoyo a la apicultura, se convierte en la mejor excusa para que autoridades puedan evadir acciones en verdaderas soluciones, a las que algunos países han demostrado que se puede llegar trabajando mancomunadamente y de la mano con la industria de protección de cultivos: mejoramiento de capacidades en evaluación y mitigación de riesgos, incluyendo programas de certificación en Buenas Prácticas Agrícolas y Apícolas, entre otros incentivos para mejorar la productividad y competitividad de agricultores y apicultores.
Ahora bien, respecto a las BPAs y a la productividad sostenible existe abundante evidencia y un sinnúmero de ejemplos de cómo las buenas prácticas agrícolas y apícolas mejoran la productividad en el campo. En Colombia, potencia exportadora mundial de café que produce más de 800 millones de kilogramos al año, en un cultivo que se beneficia de la polinización y es el sustento de más de medio millón de familias; las BPAs han sido por años la herramienta que ha permitido una historia de éxito que tiene alta demanda en alrededor de 50 países en el mundo en los que reconocen la calidad del producto colombiano.
Caso similar ocurre en Honduras, donde productores de maíz y otros cultivos han mejorado su capacidad productiva, triplicando en algunos casos la producción, gracias al entrenamiento en buenas prácticas agrícolas y el uso responsable de las tecnologías agrícolas . En Estados Unidos, las buenas prácticas agrícolas en el uso del glifosato y los cultivos transgénicos, ha permitido que en grandes extensiones de cultivos se haya logrado una victoria duradera frente a las malezas y el desarrollo de resistencia a los herbicidas. De esta manera, se estima que se evita la erosión del suelo en más de 175 mil millones de kilogramos al año .
Existe un curso gratuito en línea sobre buenas prácticas agrícolas y apícolas que es recomendado completar para profundizar en ese tema. El curso se encuentra disponible en la academia virtual de CropLife Latin America: Polinizadores – CropLife Latin America.
1 Sustainable Agriculture and Rural Development (SARD) Policy Brief 20, FAO. 2007.
2 Café colombiano, una historia de buenas prácticas agrícolas – CropLife Latin America. CropLife Latin America,
consultado julio de 2023.
3 Good Agricultural Practices Increase Yields in Honduras | CropLife International. Consultado julio de 2023.
4 Managing Weed Resistance with Good Agricultural Practices | CropLife International. Consultado julio de
2023.