Desde el 21 de octubre de 2024, Cali, Colombia, recibirá la Conferencia de las Partes en su 16ª edición, donde se discutirán acuerdos sobre biodiversidad y los avances de los asistentes para garantizar su protección, con el fin de adquirir nuevos compromisos al respecto. Para este año, la COP16 se plantea un enfoque que busca fortalecer la implementación del Marco Kunming-Montreal, adoptado en la COP15 de 2022, cuyo objetivo es la adopción de medidas para detener y revertir la pérdida de biodiversidad. Para ello, se realizará la actualización de distintos planes de acción de biodiversidad por parte de los asistentes, con el fin de definir las acciones encaminadas a alcanzar las metas de este marco para 2030.
Adicionalmente, el Gobierno de Colombia ha buscado plasmar en este evento una perspectiva de reconocimiento de los pueblos étnicos y nativos, promoviendo sus prácticas y conocimientos sobre el manejo de la biodiversidad y su utilización sostenible. En consecuencia, se busca que durante esta COP se visibilicen temas como el acceso a recursos genéticos, en relación con la intención del gobierno de promover la política de agroecología y el uso de sistemas de agricultura campesina.
Con esto en mente, aunque es necesario plantear la discusión sobre las prácticas que deben promoverse para alcanzar un modelo de producción sostenible y amigable con el medio ambiente, es importante considerar factores que pueden incidir en la productividad y la seguridad alimentaria, que son responsabilidad de la producción agrícola. Por ello, es fundamental conocer el papel de la agricultura en este proceso y el rol que puede asumir la apicultura en la conservación de la biodiversidad.
En este sentido, puede señalarse la posibilidad de adaptar las actividades agrícolas mediante la plantación de cultivos resilientes que sean productivos y de fácil manejo, como parte de las acciones requeridas para el cuidado de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático. Además, es necesario trabajar en la regeneración de los ecosistemas mientras se mantiene la productividad, para lo cual será relevante formular propuestas que fomenten el trabajo conjunto de distintos sectores, capaces de lograr la recuperación de los ecosistemas.
Un ejemplo de esto es la colaboración entre los sectores agrícola y apícola, que, a través de prácticas de coexistencia, pueden incrementar la productividad mientras cuidan los cultivos y apoyan a las abejas, quienes garantizan la calidad y crecimiento de una amplia variedad de cultivos y contribuyen a la regeneración de los ecosistemas por donde transitan.
Por ello, la pedagogía y la articulación en materia de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas Prácticas Apícolas (BPAp) son labores esenciales que no pueden ser desestimadas en la discusión sobre la conservación de la diversidad biológica. A través de estas prácticas, se pueden implementar acciones como el Manejo Integrado de Plagas, que permite utilizar diversas herramientas para la protección de los cultivos, manteniendo una interacción saludable con los polinizadores sin sacrificar la seguridad de los cultivos.
Por otra parte, es crucial incluir en la discusión sobre el cuidado de las abejas y de la biodiversidad, la importancia de establecer canales de comunicación entre agricultores y apicultores. Esto facilitará el trabajo conjunto a través de prácticas como la polinización dirigida, que puede aumentar la productividad de los cultivos al tiempo que se garantizan condiciones seguras para la labor de las abejas como polinizadores.
Dar a conocer este tipo de prácticas y labores para la coexistencia puede ser vital para lograr el establecimiento de sistemas agrícolas realmente productivos, capaces de mantener la seguridad alimentaria sin descuidar la protección de la biodiversidad, en la que tanto la agricultura como la apicultura pueden colaborar. Es relevante que durante la COP16 se extiendan mensajes de cooperación, evitando los discursos y compromisos que no contemplen la realidad de todos los actores involucrados en la conservación. En este valioso espacio, es necesario escuchar propuestas que fomenten el trabajo articulado de distintos sectores, permitiendo el desarrollo óptimo de sus labores mientras se establecen prácticas sostenibles en el tiempo para aprovechar de mejor manera los recursos naturales que se desean proteger.