En un foro en la Comisión V del Senado, en el que asistieron gremios agrícolas e industriales, apicultores, asociaciones de productores de abejas, académicos, investigadores y representantes de la industria farmacéutica, el director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA-, Rodrigo Suárez Castaño, destacó la importancia de fortalecer las políticas y acciones interinstitucionales y el trabajo conjunto de los sectores público y privado, con el fin de garantizar la coexistencia sostenible de actividades como la agricultura y la apicultura.
En el Congreso de la República cursa un proyecto de ley para promover y proteger los polinizadores, que según diversos estudios internacionales y nacionales están amenazados por prácticas inadecuadas en la agricultura, entre ellas la aplicación de agroquímicos, situación que está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la supervivencia de los ecosistemas.
“Este es un reto muy importante, que hay que trabajar en forma articulada”, afirmó Suárez Castaño, tras precisar que Colombia hace parte de los diez países más biodiversos del mundo y que los polinizadores cumplen una función muy importante en toda la cadena de valor.
Según el funcionario, la protección y fortalecimiento de los polinizadores no solo debe concentrarse en la apicultura, sino que-por supuesto debe pasar por las abejas-, los insectos, las aves y también los mamíferos.
“Eso nos daría una claridad frente a la posición que hemos venido trabajando con la política de gestión de biodiversidad y ecosistemas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, precisó luego de escuchar a senadores y asistentes que llegaron de diferentes regiones del país, incluida los Montes de María, Boyacá, Quindío, Valle y Antioquia, entre otras.
-Bajo esa lógica de este marco normativo, agregó el director de la ANLA, es necesario articular diferentes polinizadores, tanto en sectores como en regiones y entender las diferencias que tenemos en un lado y en el otro-.
Suárez Castaño también se refirió al marco jurídico para la importancia de agroquímicos, la evaluación del riesgo ambiental y las acciones de la ANLA para la protección de abejas, tema central del foro, que reunió alrededor de 100 personas, entre participantes y asistentes.
En un trabajo articulado con el Ministerio de Agricultura y el ICA, se han podido identificar algunos productos -alrededor de 101-, que hoy ingresan al país con las mismas características y que tienen efectos o riesgos ambientales.
Actualmente se está trabajando en programas específicos y en medidas complementarias, muchas de las cuales que tienen que ver con el proyecto de ley que cursa en el Congreso de la República. La gestión del conocimiento, explicó, tiene que ir de la mano de productores y agricultores y con quienes se encargan de la aplicación diaria de los productos, línea en la cual también se pronunció la Cámara de Procultivos de la ANDI, María Helena de La Torre.
“Aún queda mucho camino por recorrer, pero hemos ido dando los pasos necesarios en el marco del direccionamiento del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Ley y de la Decisión Andina.
Los agricultores y cañicultores
Al foro también asistió el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, quien se refirió a la importancia de los polinizadores en la actividad agrícola y la necesidad de trabajar juntamente con los apicultores para minimizar los impactos sobre el subsector.
Por su parte, Alexander Carvajal, representante de los cultivadores de Caña, dijo que, si bien el 95% de esta actividad no utiliza agroquímicos, sino agentes biológicos para controlar las plagas, es necesario desarrollar nuevas tecnologías para evitar daños en polinizadores como las abejas.
“Hay que desarrollar una apicultura sostenible porque esta es una actividad esencial en la estrategia de lucha contra la pobreza y la desigualdad”, afirmó Hermes Castro, investigador de la Universidad de Boyacá. La apicultura, dijo, es complementaria a la agricultura y la ganadería y genera ingresos para muchos campesinos.
Abdón Salazar, del colectivo de abejas vivas, dijo que, con la sustitución del café en el Quindío por cítricos, aguacate y frutales, que requieren agroquímicos, se está acabando una actividad que parecía promisoria. Propuso lanzar un verdadero programa de industrialización de la miel y elevar la producción de 3.000 toneladas actuales a por lo menos 9.000, como sucede en Argentina, que no tiene las mismas características de biodiversidad que Colombia.
Varios senadores, entre ellos Guillermo García Realpe y Maritza Martínez, ponente del proyecto que cursa en el Congreso sobre el tema, se comprometieron a enriquecer la iniciativa y mejorarla en sus diferentes aspectos sociales, económicos y ambientales.
Por su parte, la viceministra de Agricultura, Marcela Urueña Gómez, destacó la importancia de contar con una ley que proteja los polinizadores y promueva su desarrollo y sugirió algunos ajustes a la iniciativa, delimitando competencias y creando canales que permitan un verdadero desarrollo de esta actividad.
Tomado de: http://www.anla.gov.co/Noticias-ANLA/hay-articular-coexistencia-entre-agricultura-y-apicultura-director-anla