Transformando la salud de la abeja en información significativa
Por Marnix Doorn,
Gerente de desarrollo de negocios en la Fundación de Investigación Fraunhofer Chile y director de Salud Apícola 2020 Latino América
No hay duda de que las abejas y otros polinizadores desempeñan un papel importante en los sistemas agrícolas de todo el mundo. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más del 75 % de los cultivos agrícolas mundiales para consumo humano dependen, al menos en parte, de la polinización de los insectos y otros animales. Los insectos son, por mucho, el grupo más grande y, de estos, las abejas son el grupo dominante. Al ser conscientes de la importancia de proteger a estos polinizadores y el gran papel que desempeñan las abejas en la agricultura latinoamericana, la Fundación de Investigación Fraunhofer Chile desarrolló el programa “Salud Apícola 2020” en Latino América, en colaboración con el Bayer Bee Care Center.
La historia detrás de esta iniciativa comienza en el 2011, cuando participé en un proyecto para evaluar los riesgos y los costos para las pequeñas empresas apícolas. Fue entonces cuando tuve mi primer contacto con los apicultores. Hasta entonces, la única información que tenía sobre las abejas es que producen miel, ¡y pican! La expansión de este conocimiento se produjo después de que conociera a Mayda Verde, una veterinaria cubana, especializada en abejas melíferas. Le presenté todas las preocupaciones que había recogido de los apicultores y, al hablar con ella, me quedó muy claro que las abejas son la clave para la agricultura y la producción de cultivos.
En realidad, la salud de las abejas es un tema complejo. Muchos factores pueden afectar la vida de las abejas, como el clima, las prácticas agronómicas, los factores genéticos, las plagas y enfermedades, etc. Sin embargo, era necesario crear una mejor comprensión de las implicaciones que estos problemas podrían tener para la salud de las abejas en América Latina, y para eso necesitaríamos algunos datos y estadísticas específicos, esenciales para crear una base científica.
Junto con Mayda, decidimos recopilar esa información de la salud de las abejas no disponible hasta el momento, bajo el rigor de la Fundación de Investigación Fraunhofer Chile, la segunda subsidiaria internacional más grande de la Sociedad Alemana de Fraunhofer, una de las organizaciones de investigación aplicada más grandes del mundo. En colaboración con Bayer Bee Care Center, comenzamos un proyecto para estudiar la salud de las abejas en el centro de Chile, en 2015.
Durante la fase de implementación, entre 2015 y 2016, sesenta apiarios fueron monitoreados dos veces al año, evaluando aspectos como la fuerza de la colmena, el impacto del ácaro Varroa y la presencia de residuos de plaguicidas agrícolas y apícolas en abejas. El estudio demostró que el tema crucial a tratar era la falta de difusión estructurada y efectiva de conocimiento entre los apicultores sobre temas relacionados con Buenas Prácticas Apícolas: el manejo de la colmena, cómo hacer la prevención de plagas versus el tratamiento de plagas, la nutrición, la desinfección de materiales y la calidad de las reinas.
Con base en los resultados de este primer estudio, nació en 2017 el programa “Salud Apícola 2020 Latino América”, con el propósito de proporcionar herramientas para mejorar la situación de la salud de las abejas y la productividad de las poblaciones de abejas en América Latina para finales de 2020, a través de monitoreo, capacitación y actividades de colaboración.
Al mismo tiempo, propone estrategias para mejorar la sostenibilidad de la apicultura y crear las condiciones necesarias para lograr la calidad, seguridad y trazabilidad de la miel, exigida por el mercado de alimentos.
Dentro de este proceso, nos dimos cuenta de la importancia de entregar las herramientas e instrumentos necesarios para profesionalizar la gestión de la salud de las abejas melíferas que, a su vez, conducirán a obtener un sector agrícola más fuerte. Además de analizar varios factores diferentes: las prácticas de manejo de la apicultura, la fuerza de la colmena y las enfermedades existentes, el proyecto promovió la importancia de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) como una forma de prevenir los problemas de salud de las abejas.
A través de la capacitación tanto en el campo como con conferencias en el aula, el proyecto está generando conciencia sobre la importancia de la simbiosis entre estos insectos polinizadores y la producción de alimentos agrícolas. Hasta ahora, el proyecto ha capacitado a más de 100 apicultores y agricultores en los cuatro países donde operamos: Chile, Colombia, Argentina y Costa Rica. Más de 20 expertos, incluidos veterinarios y científicos, participan en las actividades relacionadas con el proyecto.
Recientemente entregamos la “Guía del apicultor” para proporcionar información sobre buenas prácticas de gestión de la apicultura a profesionales de campo que no están directamente involucrados en el programa.
También hemos implementado la “Red Latam 2020”, dirigida a investigadores, apicultores, agricultores y actores sociales. A través de esta plataforma, los participantes pueden compartir experiencias y permitir el intercambio de información, por ejemplo, con respecto a la apicultura y el manejo de la salud de las abejas, con el objetivo de prevenir la mala salud en las colonias de abejas.
El mayor desafío que tenemos es conectar a todas las partes interesadas de manera que puedan comunicarse de manera eficiente, sin perder la calidad o el contenido científico proporcionado. El mayor logro, para mí, ha sido llevar a cabo este programa de trabajo respetando las culturas locales y diferentes de cada región, transformando Salud Apícola 2020 en un proyecto continental, pero con un enfoque local y práctico.
Estamos contribuyendo a cambiar gradualmente lo que sabemos sobre la relación entre la agricultura y la apicultura. Sabemos que, al ofrecer medidas de mejoras concretas, cuantificables y específicas de la región, los resultados del proyecto afectarán el mundo agrícola y académico. Esperamos que los resultados formen la base para una acción política informada y personalizada, y que el programa se extienda a otros países. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero podemos recorrerlo con la certeza de que el futuro de las abejas melíferas de América Latina será cada vez más saludable, con el esfuerzo continuo de todos.