Por Mauricio Rodriguez,
Ph.D. Biochemestry Texas A&M University
Recientemente, al igual que hace muchos años, se publican artículos que señalan a la inminente desaparición de las abejas.
¿Cuál es la verdad de la situación de las abejas?
En un dramático titular de prensa en días pasados, se leía que Colombia se quedará sin abejas en el año 2032. El artículo continúa asegurando que en este país se han perdido el 40% de las colmenas de abejas desde 2012. Aunque no se ofrece al lector evidencia o, al menos, la fuente de esta estadística, analicemos lo que nos indican los registros oficiales de la FAO sobre el número de colmenas en Colombia:
Claramente podemos ver que en los últimos 8 años de reportes oficiales, la producción de miel, en Colombia ha venido aumentando, no disminuyendo [1]. Lo mismo pasa con el caso de las colmenas en nuestro país que han crecido un 51% entre 2010 y 2019, pasando de 89.200 a 135.117 colmenas a nivel nacional [2]
Por supuesto, es claro que nos referimos, como lo hacen los artículos que hablan de desaparición de las abejas, a las especies de abejas artificialmente manejadas para la producción de miel y otros productos. No existe en Colombia, ni en ningún país en el mundo, inventarios oficiales de las aproximadamente 25 mil especies de abejas, la gran mayoría silvestres, que existen. Esto significa que no tenemos información sobre la supuesta desaparición de estos importantes polinizadores. Se utiliza en muchos casos a la abeja productora de miel como organismo indicador de la salud de las abejas en general. Pero es importante entender que la apicultura es una actividad humana, a través de la cual se aprovechan unas pocas especies para su explotación comercial. Es engañoso sugerir que las abejas domesticadas son representativas de las más de 25 mil especies silvestres. Al ser animales de cría, sus números aumentan o disminuyen más bien en relación con otras presiones, como las demandas del mercado de miel y otros productos derivados, la sobreexplotación apícola y problemas sanitarios en las colmenas causados por malas prácticas de manejo, transporte o la presencia de virus, bacterias, hongos y muchos otros factores bióticos que causan enfermedades. En Norteamérica, como en otras regiones, se ha detectado como el principal factor de amenaza a la salud de abejas al ácaro Varroa destructor.
También es importante entender que existe clara evidencia que indica que la apicultura realmente puede poner en riesgo a las especies silvestres de polinizadores, incluyendo a otras abejas [3], [4]. Esto es crítico que sea analizado por las autoridades ambientales ya que existen reportes de apicultores que están realizando su actividad en áreas protegidas, tales como reservas forestales [5].
¿Están desapareciendo las abejas?
Como ya lo hemos señalado, las poblaciones de abejas melíferas van en aumento. Evidencia adicional de esto es que, en América Latina, según datos de la FAO, las poblaciones de abejas han aumentado hasta en un 86% y a nivel global en un 45% en el último medio siglo [6],[7]. Esto no significa que no ocurran instancias e incidentes de pérdidas masivas de abejas domesticadas, aunque los fenómenos de pérdidas masivas de colmenas no son inusuales y tampoco se presentan todos los años. En cuanto a las especies silvestres, recordemos que son más de 25 mil especies, muchas de ellas son abejas solitarias que no viven en colmenas, no son sociales, y sus dinámicas poblacionales poco conocidas. No existen censos sobre estas especies, pero, por supuesto hacen parte de la biodiversidad y debemos esforzarnos por preservar bosques y áreas naturales protegidas que ayuden a su conservación.
Pero Einstein dijo que si las abejas desaparecen la humanidad desaparecería también 4 años después.
Los polinizadores, que incluyen entre muchas otras especies de aves, mamíferos e insectos a las abejas (no solo las domesticadas) juegan un papel primordial en la polinización de las plantas en general, al ser responsables de ayudar en un 80% de este servicio ecosistémico. De este porcentaje, aproximadamente el 30% son especies agrícolas cultivadas para alimentación animal y humana. Este porcentaje de plantas no equivale al porcentaje de alimentos; de hecho los principales commodities para alimentación (arroz, maíz y trigo) son cultivos que no necesitan polinización por abejas, como lo pueden ser otros cultivos como las almendras. Aún si las abejas desaparecieran del planeta, lo cual es muy poco probable en el futuro previsible, existen muchos otros polinizadores y hay muchas otras fuentes de alimento humano y animal, por lo cual no moriríamos de hambre. Además, tampoco hay evidencia de que Einstein haya hecho esa afirmación. Es solo una campaña mediática.
¿El uso de agroquímicos está afectando la salud de las abejas?
Científicos independientes, con trabajos muy juiciosos, concluyen que la gran mayoría de pérdidas de colmenas se debe a infestaciones por ácaros, virus y múltiples enfermedades, además de sobreexplotación y otras malas prácticas. A esta misma conclusión ha llegado el Programa Ambiental de
Naciones Unidas [8], basado en un reporte de 2019 de la Plataforma Ciencia-Política Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos [9]. Las principales agencias científicas regulatorias del mundo han concluido que los principales agroquímicos señalados de causar mortalidad generalizada de abejas, los insecticidas neonicotinoides, en realidad pueden ser utilizados de modo seguro, sin afectar a las abejas, siguiendo las buenas prácticas agrícolas [10],[11].
¿Acaso la industria de plaguicidas no tiene una agenda oculta para esconder la realidad y proteger su negocio?
La realidad es completamente opuesta a ese tipo de conjeturas. La industria de productos de protección de cultivos reconoce el papel vital que juegan los polinizadores en la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad agrícola e invierte millones de dólares al año en programas de entrenamiento sobre el manejo seguro de sus productos y la recolección de desechos contaminantes, al igual que millones de dólares en investigación científica para desarrollar productos cada vez más limpios y seguros que protejan la salud humana y el ambiente.
[1] FAOSTAT, 2020. Consultado el 24 de septiembre de 2020. http://www.fao.org/faostat/en/?#data/TP/visualize
[2] Ministerio de Agricultura de Colombia, 2020. Cifras Nacionales de la Cadena Productiva de la Abejas y la Apicultura.
[3] Conserving honey bees does not help wildlife. Jonas Geldmann, Juan P. González-Varo. Science, 26 Jan 2018:
Vol. 359, Issue 6374, pp. 392-393. DOI: 10.1126/science.aar2269.
[4] Non-native honey bees disproportionately dominate the most abundant floral resources in a biodiversity hotspot. Keng-Lou James Hung, Jennifer M. Kingston, Adrienne Lee, David A. Holway and Joshua R. Kohn. Proc. R. Soc. B. 286: 2018. http://doi.org/10.1098/rspb.2018.2901
[5] Colombia se quedaría sin abejas en los próximos 12 años. Revista Dinero, 18 de septiembre de 2020. https://www.msn.com/es-co/dinero/empresa/colombia-se-quedar-c3-ada-sin-abejas-en-los-pr-c3-b3ximos-12-a-c3-b1os/ar-BB19bEri
[6] Aizen & Harder, Current Biology, 2009. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0960982209009828
[7] Neumann & Carreck, Journal of Apicultural Research, 2010. https://www.researchgate.net/publication/228361576_Honey_bee_colony_losses
[8] Honey bees feel sting of viral disease. UN Environment Program, 19 May 2020. https://www.unenvironment.org/news-and-stories/story/honey-bees-feel-sting-viral-disease
[9] Assessment report of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services on pollinators, pollination and food production. IPBES, 2019. https://ipbes.net/sites/default/files/downloads/pdf/ipbes_4_19_annex_ii_spm_pollination_en.pdf
[10] EPA, 2017. https://www.epa.gov/pesticides/epa-releases-four-neonicotinoid-risk-assessments-public-comment
[11] EFSA, 2018. http://www.efsa.europa.eu/en/press/news/180228