Por: Ricardo Tello / apicultor colombiano
La agricultura colombiana es uno de los sectores productivos que históricamente ha contribuido en el desarrollo económico del campo y del país en general. Las actividades promisorias en la producción agrícola como los cultivos de aguacate, mango, fresa, mora y maracuyá, han venido experimentando beneficios derivados de los servicios ecosistémicos definidos como “apoyo de la agricultura”. Los servicios de polinización apícola a través del manejo de colmenas, en estos cultivos se han venido constituyendo como una de las herramientas y alternativa para mejorar la producción cualitativa y cuantitativamente, esto hace que los agricultores mejoren sus índices de productividad. De manera similar, estas actividades se vienen consolidando como nuevas alternativas rentables para los apicultores.
Actualmente, la producción de miel, y de otros productos y derivados de la colmena, conforman las actividades de trabajo de apicultores y que cuya comercialización basan su subsistencia. Precisamente, por la producción arsenal de dichos productos y utilizando métodos de producción antiguos la industria apícola se ha estancado en su crecimiento en el ámbito nacional, pero adoptando e implementando los denominados servicios de polinización se puede desarrollar el sector apícola de la mano con el sector agropecuario que busca su agroindustrialización y comercialización de la producción en el mercado exterior.
Con este método los apicultores complementamos la labor que adelantan los agricultores. Esta herramienta, en la cual se instalan colmenas de abejas en las inmediaciones de los cultivos para facilitar la labor de polinización, permite que las cosechas experimenten niveles considerablemente superiores de calidad y productividad. Por ejemplo, en el caso del mango o el aguacate, este servicio no solo permite mejorar la calidad del producto (tamaño, textura) sino también que la cantidad de frutos cosechados se incremente.
Este tipo de actividades promisorias para la economía agraria, de un lado el desarrollo de la actividad apícola y del otro la producción de cultivos con gran futuro comercial como el aguacate hass, nos hacen dimensionar la importancia de articular estas actividades. La generación de sinergias entre quienes nos dedicamos a las labores apícolas y quienes se dedican a la agricultura es fundamental desde una perspectiva de generación de valor agregado y de protección y fomento a la biodiversidad.
Partir del reconocimiento del valor que tienen la apicultura y agricultura por sus servicios, tanto para el medio ambiente como a los seres humanos, es un punto de partida para encontrar los puentes y vasos comunicantes que permitan la coexistencia armoniosa entre ambas actividades.
Además de esto, es igualmente importante que desde las distintas aristas institucionales se comiencen a desarrollar políticas que respondan a estas sentidas necesidades: fortalecimiento de la labor apícola e integración con la labor agrícola. Cada espacio nuevo, cada acción adelantada en este camino es una ganancia para nosotros, pero principalmente para el país.