La ley de fomento apícola nace como una iniciativa que cumple con el objetivo de incrementar la productividad de la actividad apícola por medio de asistencia técnica para el manejo de colmenas sanas, el mejoramiento de las formas de
comercialización de los productos derivados de la miel a nivel nacional y para contrarrestar la falsificación de mieles en el territorio, así como el de fortalecer la asociatividad entre apicultores y agricultores.
El 6 de enero del 2022 el Presidente de la República sancionó la Ley 2193 o Ley de Fomento Apícola para que las acciones, anteriormente mencionadas, empezaran a tener cabida dentro de la actividad económica y así incentivar, en el campo colombiano, el desarrollo apícola. Sin embargo, es importante mencionar que así como se busca formalizar esta actividad; las abejas como principales agentes polinizadores que aportan al mejoramiento de la calidad alimentos, también potencializan y fortalecen la cadena productiva desde la cosecha hasta la comercialización de productos dentro del sector agrícola.
De acuerdo a lo anterior, se evidencia la necesidad de incentivar la coexistencia entre dichas actividades no solo en pro de la seguridad alimentaria del país, sino también de la conservación de los polinizadores en sistemas productivos como la agricultura. Actualmente, ya que existe un marco normativo que permite el desarrollo de estrategias para la articulación entre estos sectores, como lo es la Ley de Fomento Apícola la cual presenta estrategias de polinización dirigida orientadas a fortalecer la actividad del apicultor, mientras que se mejora la calidad de los cultivos.
Por lo anterior, y como señala el Ministerio de Ambiente (2018), en su documento Iniciativa de Polinizadores de Colombia, las abejas se ven amenazadas por distintos patógenos, virus, bacterias y ácaros como la Varroa, el cambio climático, las malas prácticas apícolas y la reducción de su hábitat natural. Adicionalmente, es necesario que los productos químicos de uso agrícola sean cada vez más seguros y también se implementen de manera adecuada las Buenas Prácticas Agrícolas para que la salud de las abejas no se vea afectada.
Siguiendo esta línea, es meritorio mencionar que, según estimaciones de la FAO, la no aplicación de productos fitosanitarios puede ocasionar un 30% de pérdidas en la producción agrícola, lo cual en Colombia impactaría directamente a inflación económica del país ya que se reduciría la oferta oferta de alimentos, así como la exportación de los mismos y por ende, el ingreso de los pequeños productores.
Desde Abejas en la Agricultura destacamos que, aunque la Ley de Fomento Apícola propende la obligación de crear una política pública de fomento, abarcando el registro de apiarios, el impulsar las capacitaciones técnicas dentro del sector, además de incentivar la investigación y fortalecer los espacios en los que se comercializa la miel y sus derivados, el trabajo en conjunto para velar por el bienestar de las abejas es de suma importancia para que estas acciones se lleven a cabo sin problema; esto solo se logra por medio del trabajo y comunicación constante entre apicultores y agricultores.
Es por lo anterior que, seguimos en la obligación de que las buenas prácticas apícolas y agrícolas desarrolladas en cultivos altamente polinizables, sean una conversación que resulte en acciones ininterrumpidas para conseguir el equilibrio entre ambas actividades, para lo cual se requiere de la articulación de todos los actores tanto entidades gubernamentales como los agricultores y apicultores. Sin duda, la coexistencia entre agricultores y apicultores es la consecuencia de la correcta aplicación de BPA´s y del conocimiento sobre el Manejo Integrado de Plagas que únicamente se logra por medio de la capacitación técnica y tecnológica a los actores implicados.
Es importante recordar que la Ley 2193 de 2022 no solo beneficia a los apicultores en sus labores, sino que también favorece la producción agrícola en cultivos como el aguacate, arándano, fresa, mora, café, los cítricos como naranja, mandarina y limón, entre otros. Por eso, desde Abejas en la Agricultura enfatizamos en la importancia que tienen las abejas melíferas dentro de la cadena productiva, ya que gracias a su polinización los agricultores obtienen mayor producción de alimentos y mejoran la calidad de los mismos.
Finalmente, resaltamos que la implementación de la Ley de Fomento Apícola es una oportunidad que favorece a todos los actores implicados en el proceso de producción y representa un apoyo invaluable para que la asociación gremial, que se busca consolidar y se logre tener una hoja de ruta en todo lo que respecta a su implementación y a las tácticas a tener en cuenta.
Hacemos un llamado a todos los actores involucrados, las entidades gubernamentales y territoriales, apicultores y agricultores para vigorizar y generar los espacios de conversación y construcción necesarios para que el trabajo en conjunto, que ya es apoyado por la norma, sea efectivo y se logre potencializar dentro del sector agrícola y apícola en Colombia.